sábado, 12 de abril de 2008

Origen del nombre Venezuela

martes, octubre 04, 2005

El Origen de Venezuela es Indígena
y quiere decir Agua GrandePor: Ramón Hernández Villoria
La mayoría de los habitantes de Venezuela no sospechan siquiera que el origen del nombre de su país tiene su raíz en una lengua indígena, autóctona, diferente de la lengua traída por los colonizadores españoles. Por tal motivo me siento obligado a exponer algunas líneas al respecto a fin de rebatir la versión más conocida, pero errónea, e interesada, acerca del origen del nombre de nuestro país.
LA VERSIÓN DE LA PEQUEÑA VENECIA
La versión más reciclada, e inflada por los medios de comunicación social y otros medios de dominio cultural, es la que refiere el nombre de Venezuela a una sugerencia del navegante florentino Américo Vespucio a partir de un diminutivo de la ciudad italiana de Venezia. Vespucio se habría inspirado en la visión de los palafitos aborígenes en las costas de Maracaibo, que avistó junto con Alonso Hojeda y Juan De La Cosa en agosto de 1499 (1) , un año después de que Cristóbal Colón tocó el extremo opuesto, el oriental, de nuestro territorio.
Se cita como supuesto documento de esta afirmación la carta del 18 de julio de 1500 que Vespucio dirigió a su protector Lorenzo Médici, en la cual cuenta, después de abandonar la "isla de lo Gigantes" (se ignora a cuál de las actuales islas neerlandesas se refiere), lo siguiente:"Di questa Isola fummo ad altra Isola commarcana di essa a duci leghe, e trovammo una grandissima popolazione che tenevano le lor case fondate nel mare come Venezia, con molto artificio, e maravigliati di tal cosa, accordammo di andare a vederli e comma fummo alle lor case vollovi difendersi, che non entrassimo in esse..." (2).La traducción al español da cuenta de una grandísima población, en una isla vecina de la anterior por diez leguas, que tiene sus casas con mucho arte construidas sobre el mar, como Venecia. Esto es todo lo que escribió Vespucio.
No hay ningún diminutivo, no hay ninguna pequeñez por ninguna parte. Por el contrario, Vespucio destaca que la población es grandísima, y construida con mucho arte.
En una carta-relación de fecha posterior (Lisboa, 04 de septiembre de 1504), la famosa Lettera, Vespucio resume sin detalles, pero con palabras suficientes, el itinerario de sus primeros cuatro viajes por el Nuevo Mundo. Esta Lettera es la génesis del concepto de continentalidad desarrollado por él. La novedad y la amplitud de las costas descritas fueron base documental para la mayor parte de los mapas posteriores, incluso el mapamundi del alemán Waaldsemüller (1507) que le concede el nombre de Vespucio al continente. En la Lettera se lee lo siguiente:"Fumo a terra in un porro dove trovamo una popolazione fondava sopra lacqua come Venetia; erano circa 44 case gran adoso di capane fondate sopra pali grossissimi..." (3).Este fragmento no precisa la ubicación geográfica de los palafitos, pero corresponde a la relación del primer viaje de Vespucio donde describe costas de la futura centroamérica. Al margen de las contradicciones reprochadas a los escritos de Vespucio, que en tiempos pasados movieron a diversos historiadores a designar, sin argumentos plenamente válidos, unas u otras cartas como apócrifas, para dar veracidad y autentificar a las restantes, es evidente que en ninguna parte consta que Vespucio llamara "pequeña Venecia" (al contrario, le pareció ver una "grandissima popolazione") o "Venezziola", a ningún poblado de palafitos, ni en las cercanías de la actual Maracaibo, ni en costas de la posterior centroamérica que cita en la Lettera.
Sólo conjeturas muy vagas pueden sustentarse para suponer en la culta imaginación del cosmógrafo florentino el nombre de Venezuela que, según dicen, él sugirió a su compañero de nave Juan De La Cosa, presto cartógrafo de las tierras exploradas. De tenerse por auténticas las cartas arriba citadas, es fácil deducir que la expresión casas sobre el agua, como Venecia, es más una figura literaria que otorga vívida ilustración a la descripción de dos lugares distintos en ubicación y similares en estructura, que a la sugestión de designar así para los europeos algún nuevo lugar. Si la intención comparativa hubiera sido más fuerte, el lugar hubiera sido llamado Nueva Venecia. Se puede sostener, sin duda alguna, que el asunto del diminutivo no pasa de ser una elucubración o, sencillamente, un invento de historiadores muy posteriores. Por otra parte, en sus escritos y mapas, Hojeda y De La Cosa a veces llaman al golfo de Venezuela por ese nombre, y otras veces como "Lago de Venecia", y esto es quizás lo único que pudiera tenerse como posible argumento, sin dejar de ser suposiciones poco científicas, para respaldar el invento de Venezuela como diminutivo de Venecia. En el mismo año en que Vespucio le escribía a Lorenzo Médici, Juan De La Cosa anotó en su mapamundi del 1500 el toponímico "Veneçiuela", inscrito en la delineación del golfo a la entrada del lago de Maracaibo (lago de San Bartolomé para la época, pero sin rótulo en este mapa).
La coincidencia del año es otro de los supuestos argumentos. Se dice que Vespucio le sugirió el nombre a De La Cosa.
LA VERSIÓN DEL ORIGEN INDIGENA
Hay una versión del origen del nombre de nuestro país que tiene fundamentos más históricos, mejor documentados, y que no son un invento o una elucubración. Esta versión atribuye al nombre de Venezuela un origen autóctono que los españoles se apresuraron a reproducir. El apoyo documental a esta versión lo ofrece Martín Fernández de Enciso en su libro "Suma de Geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo, en especial de las Indias", editada en Sevilla en 1519, y que es el primer impreso que habla del Nuevo Mundo. En él se lee:"y al cabo dela cerca de la tierra está una peña grande que es llana encima della. Y encima de ella está un lugar o casas de indios que se llama Veneçiuela..." (4)Es de suponer que este dato fue aportado por Hojeda y De La Cosa a Fernández de Enciso porque él los conoció y viajó con ellos en 1502 a las mismas costas. En cambio, es muy poco probable que Vespucio y Fernández de Enciso se hayan conocido. Algunos años más tarde, Juan Botero, en su libro "Relaciones de Universales del Mundo", afirma que en el golfo de Venezuela hay una población de indios con ese nombre edificada en un peñasco "essempto y relevado que se muestra sobre las aguas"Véase que en ambos casos, los escritores dicen que el nombre del poblado indígena es Veneçiuela. Ellos no dicen que los españoles le hayan puesto el nombre, sino que sugieren que ese es su nombre indígena y punto. Finalmente, en un enunciado muy valioso, que reafirma la autoctonía del vocablo, Antonio Vázquez de Espinosa, sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio de los milquinientos, escribió en su "Compendio y descripción de las Indias Occidentales", fechado en 1629, lo siguiente:"Venezuela en la lengua natural de aquella tierra quiere decir Agua grande, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna..." (5)Como puede apreciarse, la segunda versión tiene un apoyo documental fehaciente y bastante antiguo. Esta versión es históricamente asertiva, mientras que el cuento de la Pequeña Venecia es nebuloso.
CONCLUSIONES
Todos los venezolanos conocemos, porque así nos la enseñan en la escuela, la versión de que el origen del nombre de Venezuela está en el corazón de un navegante italiano, que al visualizar en nuestro territorio ciertas edificaciones, añoró el recuerdo de un lugar europeo, Venecia, y le pareció muy simpático llamar a este nuevo lugar con el agregado de un morfema diminutivo, para significar la pequeñez de lo nuevo en comparación con la grandeza de lo viejo: Venecia-zuela, Venezuela. El señor Américo Vespucio jamás emitió por escrito la palabra Venezuela o algo que se le pareciera. En los documentos de la época escritos por él mismo, las únicas referencias que hay a Venecia, están para comparar los palafitos de la laguna de Sinamaica, y también otros palafitos de algún lugar en Centroamérica, con las edificaciones elevadas sobre el agua de la romántica ciudad europea.
Como lo demuestro en este artículo, existen más evidencias documentales a favor del origen autóctono de la palabra que nos denomina como unidad territorial, que testimonios acerca de una presunta disminución de una gran ciudad del antiguo continente. La versión de la "pequeña Venecia" es, sin embargo, la más difundida, la más conocida, casi la única que el común de los venezolanos maneja, incluso con orgullo. En esta disminución lingüística, se encierran dos caras de una misma moneda: en el anverso, la pequeñez y la minimización del invadido ante el invasor; en el reverso, la grandeza de lo impropio, de lo foráneo, lo magnífico de la lengua y la cultura del viejo continente sobre la supuesta pobreza de las tradiciones indígenas. Desde luego, hay una posición racista en el transfondo. Este racismo no inspiró a Vespucio para inventar un nombre. El racismo pudo haber inspirado, siglos después, a los historiadores que constituían la voz oficial del discurso dominante. No he podido determinar quién fue el primero que puso a circular la versión de la pequeña Venecia. En el importante diccionario de toponimia de Adolfo Salazar Quijada (6) se recoge la versión escrita por el historiador José Luis Salcedo Bastardo (7). Arturo Uslar Pietri, gran intelectual venezolano, fructífero en muchos aspectos, fue también, muchas veces, y lamentablemente, voz cultural de las clases dominantes, y fue uno de los que más propulsó la versión de la pequeña Venecia, gracias a su relativa popularidad y ascendiente mediático, labrado durante décadas de permanencia en la televisión y la prensa.
A través de la industria cultural y de los medios de comunicación social, se perpetúa en el conocimiento y la memoria colectiva, por los más diversos procedimientos, la versión de la pequeña Venecia. Una canción del señor Ricardo Montaner llamada justamente "La pequeña Venecia" sonó incontables veces en la radio, en los videoclips. Un librito muy exitoso, aparentemente muy vendido, del famoso historiador y tránsfuga político Manuel Caballero, se titula "De la pequeña Venecia a la Gran Venezuela". Aunque nadie leyese este libro, basta mirar su portada en las vitrinas de las librerías o en las mesas de los buhoneros, para impregnarse la conciencia, inadvertidamente, de la pequeñez del nombre de nuestro país, sobre todo al contrastarlo con el significado que tiene "La Gran Venezuela" en el imaginario de los venezolanos de las tres últimas décadas, con su significación de derroche y fracaso.
Tenemos, pues, un nombre cuyo origen se ha virtualizado. Nadie puede sostener con conocimiento documental el cuento de la pequeña Venecia. Todos citan las voces de Salcedo Bastardo, de Uslar Pietri, de Caballero, de Montaner.
Esta historia virtual coexiste con una historia real, que reposa en las bibliotecas universitarias, y a la que pocos tienen acceso, impedidos por la conformidad con la interesada versión industrial, sostenida por los voceros de la clase dominante.
Como lingüista, pienso que una buena manera de apoyar la versión de la autoctonía sería estudiar las probabilidades, que yo pienso son muchas, de que el vocablo Veneçiuela –que es el original cartográfico en 1500- corresponda a una pronunciación castellanizada de un vocablo de la lengua propia de la etnia Añú. La etnia Añu o Paraujana es la aborigen de la zona de entrada al Lago de Maracaibo. Los añú son los pobladores de la laguna de Sinamaica y de los eternos palafitos que allí todavía se edifican. Esto es lo que Vásquez Espinosa declaró hace 376 años. Lamentablemente, la lengua Añú está prácticamente extinta tras centurias de segregación, con escasísimos legados transcritos, aunque se hacen loables esfuerzos actualmente para lograr su resurrección.
Pienso que las probabilidades de que el nombre de nuestra patria derive de un diminutivo de Venecia en el castellano o aún en el italiano de aquella época, son realmente escasas. Además, he expuesto que no existe ningún fundamento documental para atribuirle a Américo Vespucio, ni a ningún otro invasor europeo, la autoría del topónimo Venezuela. En este punto debo decir que yo no soy original en esta exposición. Hace varios años, el Hermano Nectario María, fecundo recopilador de nuestra historia, llamó la atención sobre este asunto del nombre cuando escribió sobre el Lago de Maracaibo. Fue el primer venezolano en tener acceso al libro de Fernández de Enciso, en el Archivo de Indias de Sevilla. El médico y filósofo marabino Roberto Jiménez Maggiolo (8) ha publicado recientemente una nota al respecto, y varios otros intelectuales, sobre todo zulianos, han denunciado un invento que parece fruto de los grupúsculos que han dominado el flujo de conocimientos en nuestro país, y han querido sustraer de nuestro patrimonio cultural hasta el nombre que nos identifica como nación.(1) Aunque de la presencia de Vespucio en ese viaje existen dudas razonables, puesto que no es mencionado por Hojeda en la relación del mismo.(2) Americo Vespucio: Carta fechada en Sevilla a 18-07-1500, dirigida a Lorenzo Médici (texto italiano confrontado en las versiones de Bandini, Varnhagen y Magnaglei), publicada en El Nuevo Mundo. A. Vespucio. Ed. Nova. 1951. Buenos Aires. Páginas 94-125. Fragmento citado: página 116.(3) Americo Vespucio: Lettera trovate in quattro suoi viaggi (texto italiano, reproducción fascimilar procedente de Quaritch de 1893) Lisboa 04-09-1504, publicada en 1941 por la UNAM. Páginas 197-267. Fragmento citado: pág.: 216.(4) Martín Fernández de Enciso: Suma de Geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo, en especial de las Indias Sevilla, 1519. El fragmento que he citado está publicado en una fotografía tomada del libro original en diciembre de 1948 y aparece en el folleto Descubrimiento del Lago de Maracaibo Nectario María, s/f, pagína 18.(5) Origen de los nombres de los Estados y Municipios de Venezuela. 1994. Caracas. Adolfo Salazar-Quijada. Ediciones de la Comisión Nacional de Nombres Geográficos.(6) Historia Fundamental de Venezuela. 2004. Caracas. José Luis Salcedo Bastardo. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela.(7) Antonio Vázquez de Espinosa: Compendio y descripción de las Indias Occidentales, transcrito del original por C. Upson en Washington, 1948. Publicado en Venezuela imágenes de cuatro siglos. Testimonios de viajeros selecionados por H.J.Becco en Caracas, 1983. 261 pp. El fragmento citado aparece en la página 70.(8) Roberto Jiménez Maggiolo. Escalio. El nombre de Venezuela es de origen indígena en Encontrarte. Revista Cultural Alternativa. Año 2. Número 15. 15 de marzo de 2005. Disponible en línea: http://encontrarte.aporrea.org/columnata/escalio/15/%20a5124.html

¿Qué es un mapa?

1
Introducción
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Mapa, representación modélica de un área geográfica, es decir, de una porción de la superficie de la Tierra, elaborada con propiedades métricas, dibujada o impresa en una superficie plana y que refleja información espacial. Los mapas parecen espejos de la superficie terrestre, pero realmente son su representación simplificada, pues no incluyen toda la información existente, sino aquella que el especialista en cartografía ha decidido seleccionar.

Dado que los mapas son planos y la Tierra no lo es, para pasar de la superficie casi esférica de la Tierra a la del mapa, necesitamos establecer unas correspondencias a las que llamamos proyecciones cartográficas. Todos los mapas se elaboran con un tipo u otro de proyección; aun así, todos muestran ciertas deformaciones en alguna de sus partes, que pueden afectar, por ejemplo, a los contornos de los continentes o a las distancias a medir. La información espacial de la superficie terrestre también puede aparecer en los globos terráqueos.

Habitualmente el mapa contiene una serie de símbolos y colores, fácilmente interpretables y descritos en una leyenda, que muestran los diferentes elementos naturales y humanizados del paisaje que se dibuja en el mapa. Para que pueda ser llamada mapa, la representación no debe ser artística, sino que necesita estar hecha a escala (elemento para diferenciar un mapa de un croquis); debe permitir tomar medidas de distancias, ángulos o superficies y obtener un resultado aproximadamente exacto de la superficie terrestre; dependiendo de lo que se quiera representar en el mapa, las imprecisiones o errores deben ser más pequeños que lo que pueda percibir el ojo humano al contemplar el mapa.

2
Elementos básicos de un mapa
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Los principales elementos del mapa son la leyenda y la escala.

Para que un mapa pueda contener gran cantidad de información de fácil lectura debe reflejar en la leyenda un sistema de símbolos arbitrarios o convencionales y debe elaborarse siguiendo un uso adecuado de los colores. Muchos de estos se utilizan con tanta frecuencia que son aceptados por todos y resultan fácilmente comprensibles. De este modo, por lo general, las ciudades y los pueblos se señalan con puntos, cuadrados o superficies sombreadas; los cursos y las masas de agua suelen imprimirse en azul y las fronteras políticas se representan, generalmente, mediante franjas de colores o líneas continuas o discontinuas. El cartógrafo puede, sin embargo, concebir una gran variedad de símbolos que se adecuen a las diferentes necesidades; por ejemplo, puede marcar un punto como símbolo de la presencia de 10.000 cabezas de ganado o puede utilizar dos picos o martillos cruzados para señalar la localización de una mina.

Como es imposible hacer un mapa de las mismas dimensiones que la realidad, se utiliza la escala, que indica que el mapa es una representación aproximada y señala el número de veces que se ha reducido de tamaño la superficie real. Es un elemento fundamental en los mapas y puede aparecer de dos formas: numérica y gráfica. La escala numérica se representa en cifras, como por ejemplo, 1/100.000 o 1:100.000; esto indica que una unidad medida en el mapa (por ejemplo, 1 cm) representa 100.000 de las mismas unidades en la superficie terrestre (es decir, 1 km en el mismo ejemplo). En la mayor parte de los mapas se indica la escala en el margen y, muchas veces, viene acompañada de una escala gráfica lineal, que es un segmento dividido que muestra la longitud sobre el mapa de las unidades terrestres de distancia; en ocasiones, el extremo de la barra presenta una subdivisión para que el usuario pueda medir las distancias con mayor precisión.

En función de la escala, se habla de mapas a gran escala y mapas a pequeña escala. Los primeros tienen el denominador pequeño (por ejemplo, 1/10.000 o 1/30) y mayor nivel de detalle, y se aproximan más a los tamaños reales al haberse reducido menos; los planos urbanos son mapas a gran escala. Los mapas a pequeña escala tienen el denominador grande (por ejemplo, 1/200.000) y presentan menor número de detalles, son más generales. La cifra resultante es mayor si se divide 1 entre 10.000 que 1 entre 200.000, por ejemplo. Cuanto más se reduce la realidad, menor es el nivel de detalle y, por lo tanto, menor es la escala. Desde los primeros años del siglo XX, varios gobiernos colaboraron para establecer un Mapa Internacional del Mundo a escala 1:1.000.000, que se acabó en 1985.

También en algunos mapas, con el fin de localizar un lugar o describir la extensión de un área, se utiliza un sistema de referencia espacial basado en unas líneas imaginarias a las que llamamos red geográfica: los meridianos y paralelos. En los mapas se dibujan solo unos pocos meridianos y paralelos, aunque su número es infinito, y siempre se trazan separados por distancias iguales. La localización de un punto en el mapa puede definirse con precisión por los grados, minutos y segundos de latitud y longitud, que indican las coordenadas geográficas de ese punto. Por acuerdo internacional, la longitud se mide hasta 180° E y hasta 180° O a partir del meridiano 0°, el de referencia o meridiano de Greenwich. La latitud se mide hasta 90° N y hasta 90° S a partir del paralelo 0°, o ecuador. Los mapas están orientados de tal manera que, generalmente, el norte verdadero ocupa la parte superior de la lámina, donde a menudo se representa una rosa de los vientos u otro elemento gráfico que señala el polo magnético.

3
Tipos de mapas
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Los mapas pueden utilizarse para diferentes fines y por esta razón se ha desarrollado una gran cantidad de tipos especializados de mapas. En primer lugar, se distingue entre mapas básicos y mapas derivados, dependiendo del método de obtención. Los mapas básicos son aquellos mapas confeccionados a partir de medidas y datos obtenidos directamente del mundo real (fotografías aéreas, imágenes de satélite, mediciones sobre el terreno, visitas a la zona o trabajo de campo). Los mapas derivados son aquellos mapas que se han obtenido a partir de otros mapas, añadiendo información adicional sobre la base de dichos mapas. Los topográficos puede decirse que son mapas básicos y los mapas temáticos, derivados.

3.1
El mapa topográfico
El tipo de mapa utilizado para representar, desde un punto de vista descriptivo y general, las características físicas y visibles del terreno es el mapa topográfico. Estos mapas, también denominados generales, muestran los elementos naturales del área analizada, como el relieve (montañas, valles…), la hidrografía (ríos, lagos…) o la vegetación natural; y, también, los elementos artificiales más importantes, humanos o culturales, como son las carreteras y los ferrocarriles, los asentamientos de población, los usos del suelo (dedicados a cultivos, bosques de repoblación, canteras, zonas comerciales…), las obras de ingeniería (puentes, túneles, aeropuertos…) y otras edificaciones de carácter religioso e histórico (ermitas, castillos...). Asimismo muestran fronteras políticas y divisiones administrativas, como pueden ser los límites de los municipios, de las provincias o de los países.

En los mapas topográficos el relieve se suele representar mediante curvas de nivel, que reflejan las formas del terreno y la altitud. Las aguas se representan por líneas o masas de color azul; los ríos y arroyos se indican con líneas azules, continuas si se trata de cursos permanentes, y discontinuas en caso de corrientes esporádicas, como barrancos, torrentes, uadis o ramblas; los lagos y embalses se cartografían con fondo azul. Las zonas cubiertas de vegetación arbórea o arbustiva se señalan con signos pictográficos (ideogramas) muy simples o fondos de color verde y marrón, uniforme y poco intenso.

Los institutos o servicios geográficos y cartográficos de cada país son los encargados de elaborar los mapas oficiales de su territorio. Por ejemplo, en España, dos organismos realizan los mapas topográficos básicos que dan cobertura a todo el territorio a escalas diferentes: el IGN (Instituto Geográfico Nacional) y el SGE (Servicio Geográfico del Ejército). En México, el INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática) es el organismo acreditado para la cartografía oficial, mientras que, en Chile y en Argentina, lo hacen sus respectivos IGM (Instituto Geográfico Militar). El Mapa Topográfico Nacional (MTN) a escala 1:25.000 constituye la serie básica de la cartografía oficial de España y está compuesto por de más de 4.000 hojas, que reflejan unas 12.500 ha según la zona, y ofrecen una representación detallada y precisa del territorio en cuanto a sus aspectos morfológicos, del medio natural y los derivados de la presencia humana y sus acciones. También hay sociedades geográficas que elaboran su propia cartografía. Desde hace unos años, todos estos organismos encargados de elaborar cartografía proporcionan los mapas en papel y en formato digital (CD-ROM, DVD…).

En las hojas de los mapas topográficos se incluyen, entre otras informaciones, la escala, una completa leyenda, la declinación magnética, la fecha de elaboración, la equidistancia de las curvas de nivel y el título del mapa, que sirve para localizar el lugar (generalmente, en los mapas oficiales, el título indica el principal núcleo de población dibujado en el mapa).

La toponimia que aparece en un mapa topográfico ayuda a su lectura, puesto que algunos topónimos aluden a hechos del medio físico o de la actividad humana, actuales o del pasado; en este último caso, la información toponímica permite analizar algunos de los cambios experimentados por el territorio cartografiado a lo largo del tiempo, por ejemplo, en cuanto al hábitat o a los usos del suelo. También el tamaño de la letra que se ha utilizado para rotular el nombre de una localidad nos indica cómo es esta: por ejemplo, si la letra es grande, querrá decir que ese núcleo tiene un número considerable de habitantes.

Los mapas topográficos, debido a la gran cantidad de información detallada que contienen, se utilizan a menudo como mapas generales de consulta y sirven de base para elaborar otros mapas y gráficos, como los perfiles fluviales y los cortes topográficos. Asimismo, son utilizados para conseguir una buena orientación espacial.
3.2
Mapas temáticos
Un mapa temático representa, sobre un fondo y contorno topográfico, una información relevante relacionada con un tema o una disciplina específica; así tenemos, por ejemplo, mapas temáticos de diferentes tipos: estadísticos, políticos, climáticos, agrícolas, de carreteras, de distribución de especies vegetales… Son considerados mapas específicos en contraposición a los generales o topográficos.

Entre los mapas temáticos más especializados se encuentran las cartas de navegación marítima (náuticas) y las cartas de navegación aérea (aeronáuticas). Las cartas náuticas se utilizan para la navegación de embarcaciones y cubren la superficie de los océanos y de otras grandes masas de agua, así como sus costas. Sobre la porción de agua que aparece en una carta náutica se muestra la profundidad cada cierta distancia, indicando con números impresos los metros (o las brazas) de agua que hay cuando la marea está baja. Los bancos de arena se indican con un círculo o se sombrean para darles mayor visibilidad, y los límites de los canales se representan con líneas. También indican el tipo de fondo existente: fondos de arena, de roca o de fango. Un elemento importante de este tipo de cartas es la localización exacta de los faros, boyas y otros elementos que sirven de ayuda a la navegación. Además de los faros, aparecen otros puntos de referencia, como edificios altos o picos prominentes, con cuya ayuda puede orientarse un navegante. Las cartas aeronáuticas, para que se utilicen sobre el terreno, se asemejan en cierto modo a los mapas topográficos, pero contienen también la situación de los radiofaros, los aeropuertos, los corredores aéreos y las áreas cubiertas por los campos de transmisión de las estaciones de radio.

Otros mapas temáticos son: los mapas políticos, que muestran solo las ciudades y las divisiones políticas y administrativas sin rasgos topográficos; los mapas geológicos, que muestran la edad de las rocas y la estructura geológica del área cartografiada; y los mapas de usos del suelo, entre muchos otros.

Los atlas suelen incluir una variedad de mapas temáticos para mostrar distintos aspectos de la realidad territorial. En ocasiones, y en función de los datos espaciales utilizados, se presenta el contenido geográfico de diversas formas: mapa de puntos, mapa de flujos, mapa pictográfico, mapa del tiempo, plano urbano, cartograma, mapa de símbolos proporcionales, mapa coroplético, mapa isoplético, mapa del relieve…

Especialmente curioso es el mapa en relieve, que es una representación tridimensional del terreno referida a un espacio geográfico. Suele moldearse en arcilla, escayola o plástico, aunque también se elabora en formato digital gracias a las nuevas tecnologías informáticas. Para realzar el relieve, la escala vertical de estos mapas es muy superior a la escala horizontal. Los mapas en relieve se utilizan mucho en planificación militar y en ingeniería, y por los invidentes.

4
La elaboración de mapas
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La elaboración de mapas o cartografía se ha beneficiado mucho de los avances tecnológicos acaecidos tras la II Guerra Mundial. Probablemente algunos de los avances más importantes han sido la utilización de técnicas y sistemas de teledetección (fotografías aéreas e imágenes de satélite) y de ordenadores (computadoras) utilizados por los Sistemas de Información Geográfica (SIG) para el almacenamiento y tratamiento de datos, así como para el trazado de mapas; al igual que la aparición de sistemas de navegación por satélite (GPS, GALILEO Y GLONASS), que han reducido sustancialmente el margen de error al determinar la localización exacta de los puntos de la superficie terrestre.

4.1
Observación
La base de un mapa moderno es un estudio detallado que proporcione, por un lado, las localizaciones geográficas y, por otro, las relaciones entre una serie de elementos del área a cartografiar. En la actualidad, la información obtenida de los levantamientos fotogramétricos aéreos complementa la información proporcionada por el tradicional método de los levantamientos topográficos del terreno (véase Geodesia). Las imágenes vía satélite pueden proporcionar una gran cantidad de información muy precisa sobre diferentes elementos de la superficie terrestre, como pueden ser la localización de depósitos de minerales, la extensión de urbanizaciones, la presencia de plagas que afectan a la vegetación y cultivos, o los tipos de suelos.

4.2
Realización y reproducción
Cuando ya se han capturado los datos (fase de compilación), el mapa debe planificarse con cuidado, teniendo en cuenta su finalidad, para que la representación sea clara y precisa. Los datos obtenidos se transfieren en forma de puntos a una cuadrícula de coordenadas que se corresponde con el tipo de proyección que se ha escogido para el mapa. Se definen las altitudes y las curvas de nivel, en caso de que se utilicen, y se trazan directamente a partir de pares estereoscópicos de fotografías en restituidores fotogramétricos, donde el operador sigue, con una marca flotante, un modelo tridimensional. Los restituidores analógicos han sido sustituidos por restituidores analíticos y digitales. Los cursos de los ríos y de las carreteras, así como la posición de otros elementos, se trazan del mismo modo.

El ortofotomapa es aquel en el que la base cartográfica se forma a partir de fotografías a las que se superpone otra información, como divisiones administrativas, curvas de nivel, toponimia e información marginal. Este mapa es un mosaico de fotografías rectificadas diferencialmente; es decir, corregidas mediante un ortoproyector para eliminar la distorsión causada por el relieve y la inclinación de la cámara fotográfica. De este modo, el ortofotomapa tiene una escala constante y las propiedades métricas de un mapa.

Hasta la aparición de las modernas tecnologías informáticas, la preparación final del mapa para la impresión comenzaba realizando una serie de láminas (positivos), una por cada uno de los colores utilizados en el mapa. Estas láminas eran de plástico con un baño opaco; las líneas y los símbolos se trazaban sobre la superficie con un instrumento afilado, para grabar, que levantaba la capa de baño opaco (esgrafiado). Al final, toda la información de un mismo color (símbolos puntuales, lineales, superficiales y textos) se combinaba fotográficamente en un positivo final de ese color. De cada positivo se insolaba una plancha de impresión para reproducir el mapa por litografía offset.

En la década de 1970 se realizaron avances en el campo de la realización e impresión de mapas con sistemas informáticos, como los CAD y los ya mencionados SIG. Estos últimos permiten almacenar datos estadísticos sobre las coordenadas geográficas. Unos dispositivos especiales, como las trazadoras o plotters, hacen que el ordenador pueda dibujar mapas muy precisos partiendo de esos datos almacenados. Los mapas generados por sistemas informáticos también pueden reflejarse en una pantalla de ordenador, en la que un operador puede realizar fácilmente modificaciones sobre su contenido. Debido a que estos mapas y todos los cambios que se incorporan en ellos pueden almacenarse en el ordenador o computadora, es posible obtener una representación animada (mapas dinámicos) de los cambios que han tenido lugar en un periodo de tiempo determinado con programas multimedia, además de mapas en Internet, vuelos virtuales, cartografía en tres dimensiones...

5
Historia de los mapas
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Los mapas más antiguos que existen fueron realizados por los babilonios hacia el 2300 a.C. Estos mapas estaban tallados en tablillas de arcilla y consistían en su mayor parte en mediciones de tierras realizadas con el fin de cobrar los impuestos. También se han encontrado en China mapas regionales más extensos, trazados en seda, fechados en el siglo II a.C. Parece que la habilidad y la necesidad de hacer mapas es universal. Uno de los tipos de mapas primitivos más interesantes es la carta geográfica realizada sobre una entramado de fibras de caña por los habitantes de las islas Marshall, en el sur del océano Pacífico, dispuestas de modo que muestran la posición de las islas. El arte de la cartografía también se desarrolló en las civilizaciones maya e inca. Los incas, ya en el siglo XII d.C., trazaban mapas de las tierras que conquistaban.

Se cree que el primer mapa que representaba el mundo conocido fue realizado en el siglo VI a.C. por el filósofo griego Anaximandro. Tenía forma circular y mostraba el mundo conocido agrupado en torno al mar Egeo y rodeado por el océano. Uno de los mapas más famosos de la época clásica fue trazado por el geógrafo griego Eratóstenes hacia el año 200 a.C. Representaba el mundo conocido desde Gran Bretaña, al noroeste, la desembocadura del río Ganges, al este, y hasta Libia al sur. Este mapa fue el primero en el que aparecieron líneas paralelas transversales para señalar los puntos con la misma latitud. En el mapa también aparecían algunos meridianos, pero éstos tenían una separación irregular. Hacia el año 150 d.C., el sabio griego Tolomeo escribió su Geographia que contenía mapas del mundo. Éstos fueron los primeros mapas en los que se utilizó de forma matemática un método preciso de proyección cónica, aunque tenía muchos errores como la excesiva extensión de la placa terrestre euroasiática. Tras la caída del Imperio romano la cartografía europea casi dejó de existir; básicamente solo permanecían aquellos trazados por los monjes, cuya preocupación principal era teológica (presentaban Jerusalén como el centro del mundo) y no les importaba tanto la exactitud geográfica. Sin embargo, los navegantes árabes realizaron y utilizaron cartas geográficas de gran exactitud durante el mismo periodo. El erudito árabe al-Idrisi realizó un mapa del mundo en 1154. Los navegantes mediterráneos, de entre los que destacaban los mallorquines, comenzaron aproximadamente en el siglo XIII a preparar cartas marítimas, generalmente sin meridianos o paralelos pero con unas líneas que mostraban la dirección entre los puertos más importantes. Estos mapas se denominaban portulanos. En el siglo XV se imprimieron en Europa los mapas de Tolomeo que, durante varios cientos de años, tuvieron una gran influencia en los cartógrafos europeos.

Se considera que el mapa realizado en 1507 por Martin Waldseemüller, un geógrafo alemán, fue el primero en designar con el nombre de América a las tierras transatlánticas recién descubiertas. El nombre de América es un reconocimiento a la labor de Américo Vespucio, quien comenzó a trazar los mapas de sus viajes por el continente una vez instalado en Sevilla (1508) al servicio del rey Fernando. Tanto Solís, Pinzón, Juan de la Cosa como Vespucio contribuyeron con sus expediciones al trazado de los primeros mapas de los que se tiene conocimiento sobre el continente americano. Asimismo, los llamados planisferios de Salviatti y de Castiglione, ambos aproximadamente de 1525, son importantes documentos de la cartografía de la época en la cual se basaron mapas posteriores. El planisferio de Castiglione fue regalado a éste por el emperador Carlos V. El mapa de Waldseemüller, impreso en 12 hojas separadas, fue de los primeros en el que se separaban con claridad Norteamérica y Sudamérica de Asia. En 1570, Abraham Ortelius, un cartógrafo flamenco, publicó el primer atlas moderno, Orbis Terrarum, que contenía 70 mapas. En el siglo XVI, muchos cartógrafos elaboraron mapas que iban incorporando la creciente información que aportaban los navegantes y los exploradores. Gerardus Mercator sigue considerándose como uno de los mayores cartógrafos de la época de los descubrimientos; la proyección que concibió para su mapa del mundo resultó de un valor incalculable para todos los navegantes.

La precisión de los mapas posteriores aumentó mucho debido a las determinaciones más precisas sobre latitud y longitud y a los cálculos sobre el tamaño y forma de la Tierra. Los primeros mapas en los que aparecían ángulos de declinación magnética se realizaron en la primera mitad del siglo XVII, y las primeras cartas que mostraban las corrientes oceánicas se realizaron hacia 1665. En el siglo XVII se establecieron los principios científicos de la cartografía y las inexactitudes más notables de los mapas quedan constreñidas a las partes del mundo que no se habían explorado.

Hacia finales del siglo XVIII, cuando decayó el espíritu explorador y comenzó a desarrollarse el nacionalismo, un gran número de países europeos comenzó a emprender estudios topográficos detallados a nivel nacional. El mapa topográfico completo de Francia se publicó en 1793, con una forma más o menos cuadrada y con una medida de aproximadamente 11 m de lado. El Reino Unido, España, Austria, Suiza y otros países siguieron su ejemplo. En los Estados Unidos se organizó, en 1879, el Geological Survey (estudio geológico) con el fin de realizar mapas topográficos de gran escala en todo el país. En 1891, el Congreso Internacional de Geografía propuso cartografiar el mundo entero a una escala 1:1.000.000, tarea que todavía no ha concluido. En el siglo XX, la cartografía ha experimentado una serie de importantes innovaciones técnicas. La fotografía área se desarrolló durante la I Guerra Mundial y se utilizó, de forma más generalizada, en la elaboración de mapas durante la II Guerra Mundial. Los Estados Unidos, que lanzaron en 1966 el satélite Pageos y continuaron en la década de 1970 con los tres satélites Landsat, están realizando estudios geodésicos completos de la superficie terrestre por medio de equipos fotográficos de alta resolución colocados en esos satélites. A pesar de los grandes avances técnicos y de los conocimientos cartográficos, quedan por realizar estudios y levantamientos topográficos y fotogramétricos de grandes áreas de la superficie terrestre que no se han estudiado en detalle.
http://www.igvsb.gov.ve/site2007/index.php
En esta pagina encontraran todo tipo de mapas referentes al Territorio Nacional



jueves, 10 de abril de 2008

BIENVENIDOS AL MUNDO DE LA GEOGRAFIA

Situada entre Colombia y la Guayana en las costas del mar de las antillas y la cuenca del Delta del Orinoco. El suelo de Venezuela ofrece zonas Montañosas, en la parte occidental; donde los Andes Venezolanos, prolongación de los Andes Colombianos, forman la Cordillera de Mérida. Grandes llanos y Mesetas en el Centro, y series irregulares de cordilleras y Cerros en el S. y el SE., donde el Macizo de las Guayanas forman las Sierras Parima y Pacaraima.

LOCALIZACIÓN ASTRONÓMICA
Al oeste del Meridiano de Greenwich (Longitud Oeste)
Al norte del Ecuador (Latitud Norte)
MERIDIANOS Y PARALELOS QUE LO LIMITAN
Longitud Oeste
59° 48´ (Parte Este)
73° 25´(Parte Oeste)
Latitud Norte
0° 38´53" (Parte Sur)
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
Al centro-norte de América del Sur. Abierta al mar caribe y al océano Atlántico
SUS LIMITES
Norte
Mar de Las Antillas
Sur
Brasil y Colombia
Este
Océano Atlántico y Guyana INGLESA
Oeste
Colombia